El levantamiento del Dos de mayo y la primera bandera de España
El levantamiento contra los franceses empezó en Madrid. A la familia real la envían a Bayona tras el tratado por el cual la corona pasaba a José I, el hermano de Napoleón Bonaparte. Una multitud empezó a agruparse en la entrada de palacio. Cuando sale a la última carroza, la que lleva al infante Francisco de Paula, los ánimos se encrespan.
Hay rumores de que los franceses se los están llevando por la fuerza. Entre el público está José Blas Molina, cerrajero que trabajó en el palacio real. Él es uno de los encargados de animar a la población a sublevarse contra el invasor francés. Nunca se sabrá si por iniciativa propia o pagado por nobles contrarios al imperio napoleónico y adeptos a la causa fernandina, la que en ese tiempo se idealizaba a figura de Fernando VII. En todo caso José Blas Molina empezó a gritar al paso de los carruajes:
“¡Traición! ¡Nos han quitado a nuestro rey y quieren llevarse a todos los miembros de la familia real!”
Todo el público lo mira asombrado. Ha dicho lo que todos pensaban pero nadie se atreve a decir. José Blas Molina no ha terminado todo su mensaje, consciente de que la turba está pendiente de él. Grita como si le fuese la vida en ello para que todos le oigan:
“!Muerte a los Franceses!”
Como una onda expansiva, el mensaje fue calando entre los madrileños que de una pequeña algarada se convirtió en una guerra total por toda la ciudad. El mismo infante Francisco de Paula, salió al balcón para intentar tranquilar a la población. Pero ya era tarde, la furia del pueblo ya había empezado y seria el principio del fin del reino de Napoleón Bonaparte en Europa.
Todo el mundo luchó con lo que tenía, curiosamente el ejército español se acuarteló y permaneció pasivo al levantamiento de Madrid. Solo el cuartel de artillería del Parque de Monteleón se hicieron a las armas, con los héroes Daoiz y Velázquez a la cabeza pereciendo ese mismo día. Muchos vecinos recogieron armas y munición, usaban navajas contra los franceses y los temidos mamelucos.
Un panadero francés Jean Malesange afincado en Madrid desde hace tiempo también luchó contra el invasor. Disparó a las tropas francesas hasta que fue alcanzado y muriendo en el acto. Su hija Manuela, de diecisiete años, también participó en la batalla llevando pólvora y armas, lanzando macetas y piedras contra el invasor. También cayó ese día, era muy popular en su barrio de las maravillas que españolizando su apellido la conocían como Manuela Malasaña.
Aunque el levantamiento fue sofocado por los franceses terminó expulsándoles de España unos años después. El ejército español empezó a reorganizarse creándose muchos nuevos regimientos. De entre ellos se creó el Regimiento Ligero de Cazadores Voluntarios de Fernando VII. Formado en Valencia el 10 de junio de 1808 participando en varias batallas contra el ejército francés hasta su aniquilación en el sitio de Zaragoza.
Fue la primera unidad del ejercito en llevar la bandera rojigualda. La tomaron de un barco y le pintaron el escudo de la ciudad de Valencia. La primera bandera de España fue tomada como botín de guerra francés y hoy se encuentra en el Museo del Ejército de Paris a la espera de que algún día sea recuperada.
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