Amaro Pargo, el corsario español en la edad de oro de la piratería
En el siglo XVIII tuvo lugar la edad de oro de la piratería. En esa época piratas de todas las naciones se dedicaban al saqueo de buques debido auge del comercio marítimo internacional por todos los océanos del mundo.
Una de las variedades de la piratería era la llamada “patente de Corso”, termino que también se suele utilizar en nuestros días. Los Corsarios no eran simplemente piratas. Si no que estaban autorizados por su país a realizar actos de piratería contra territorios, propiedades o buques de las naciones con las que estaban en guerra.
Siempre nos viene a la mente los corsario ingleses, francés u holandeses atacando las posesiones españolas en ultramar. España también tenia sus propios corsarios, el mas famoso de ellos era canario, se llamaba Amaro Pargo.
Nacido como Amaro Rodríguez-Felipe y Tejera Machado en San Cristóbal de la Laguna, Tenerife en 1678. Se le conocía como Amaro Pargo por su habilidad por moverse en el mar como el pez del mismo nombre. Hijo de una familia acaudalada de la isla tuvo una buena educación. Se emancipó de sus padres a los 14 años, participó en la carrera de Indias y a los 21 años era alférez.
Se convirtió en un comerciante dedicado a la compra venta de productos de los puertos que visitaba. Vendía malvasía y aguardiente de sus propiedades en Tenerife a los puertos americanos. Allí compraba cacao, telas, tabaco que los vendía en puertos europeos, sin olvidar que su mayor beneficio lo sacaba de la venta de esclavos.
De sus estancias en La Habana se tiene constancia que tuvo un hijo ilegitimo, pero nunca lo reconoció, Amaro Pargo siempre permaneció soltero. Acorde con la época era un hombre muy religioso y tenia una guía espiritual, sor María de Jesús de León y Delgado “La siervita”. Una monja treinta y cinco años mayor que el que vivía en el convento de clausura de Santa Catalina de Siena. Amaro Pargo tenía permiso para poder visitarla en el convento siempre que quisiera y la monja tenia una gran influencia sobre el. Le aconsejaba sobre sus negocios y Amaro hacia obras de caridad.
Cuando murió La Siervita en 1731 Amaro Pargo pagó todos los gastos de su entierro, después se enclaustró en su casa durante meses. Tres años después le compró un sarcófago, cuando abrieron el ataúd para pasar el cadáver al sarcófago comprobaron que estaba incorrupto y desde entonces se le guarda una gran devoción a la siervita en las Islas Canarias, atribuyéndole milagros.
En 1714 empieza su actividad corsaria, con los conocimientos de las rutas marítimas atlánticas y su capacidad de comerciar por todos los puertos de la América hispana , empieza una nueva línea de negocio. Aborda buques extranjeros ,principalmente ingleses, para después poder revenderlos o desguazarlos para venderlos por piezas. Se empieza a hacer un nombre como corsario y eso mantiene lejos de las Islas Canarias a otros corsarios y piratas ante el miedo que tienen de enfrentarse a Amaro Pargo. Es verdad que también se le atribuyen crímenes realizados como corsario e incluso que llegó a enfrentarse al mismísimo Barbarroja.
Amaro Pargo en todo caso fue el corsario español mas importante de la época.
Muere el 14 de octubre de 1747 en Tenerife, Está enterrado en la Iglesia de Santo Domingo de Guzmán bajo una lápida con su nombre y el símbolo de la carabela. Tenia muchos bienes cuando murió que legó a sus sobrinos, a la iglesia y patrocinando muchas obras de caridad. Con el tiempo se extendió el rumor que en su ultima casa en Machado (Tenerife) tenia escondido un tesoro. Cuando murió el ultimo morador de la casa en 1975, mucha gente se adentró en la casa haciendo agujeros o incluso derribando muros buscando el ultimo tesoro pirata de la isla que, por supuesto, no encontraron.
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