Musa ibn Nusair, conquistador de Al-Andalus

Poco se sabe de la conquista de la Península Ibérica por los musulmanes allá por el año 711 de nuestra era. Hoy quiero arrojar un poco de luz sobre el protagonista de aquella gesta. Musa ibn Nusair, nuestro “moro Muza”.

Nacido probablemente en 640. En esa época el califa era Abd al-Maliz, que tena un hermano llamado Abd al-Aziz ibn Marwan. Éste hermano del califa fue nombrado gobernador de la recién conquistada provincia de Egipto para los musulmanes poco tiempo atrás. Entre sus esclavos liberó al padre de Musa, que ascendió en la corte y permaneció en el núcleo de confianza del gobernador Abd al-Aziz ibn Marwan. Musa fue un valiente guerrero y su antiguo dueño le tenia tanto afecto que lo casó con una de sus hijas, emparentando así con la dinastía de los Omeyas.

El hermano menor del califa fue nombrado gobernador de Irak, con capital en Basora, y con él, llego Musa como tesorero. En Basora, aparte de encargarse de los impuestos de la provincia, también amasó una gran fortuna. Esto no sentó nada bien al Califa que ordenó su destitución y ejecución. Gracias a un soplo de de uno de sus contactos de la corte, Musa puedo huir de Basora antes de la llegada de la orden y se refugió en Egipto en casa de su antiguo dueño y ahora suegro.

Su suegro, convenció a su hermano el califa de conmutar la pena de muerte por una fuerte multa, a lo que el califa accedió salvando la vida de Musa.

Una vez calmada la tormenta le asignaron un nuevo destino. Será el gobernador de la provincia de Ifriquiya, la mas occidental del nuevo imperio islámico.

Su misión era expandir al provincia hasta el Océano Atlántico y hostigar a la flota bizantina. El Imperio Romano Oriental con capital en Constantinopla estaba en guerra continua con el califato islámico temiendo ambos ser invadidos por el contrario. A pesar de la supremacía naval bizantina, Musa creó y organizó una gran flota con las que saqueaban las islas cristianas de Sicilia y Cerdeña. En el año 707 la flota de comandad por su hijo Abd alláh ibn Musa saqueó las costas de Mallorca.

No solo tenia éxitos en el mar. Por tierra conquistó parte de las actuales Argelia y Marruecos. Conquistó un inmenso botín y decenas de miles de esclavos que le hicieron mas rico de lo que ya era. Todo el norte de áfrica pertenecía al imperio islámico menos una ciudad, Ceuta.

Posiblemente Ceuta era una base de la flota imperial bizantina, que ante el auge islámico, se vio obligada a abandonar para replegarse en otras bases de las islas mediterráneas, donde podrían defender mejor el imperio del avance islámico.

El señor de Ceuta era alguien que ha pasado a la historia como Don Julián de cuya leyenda con su hija Florinda ya hablaré en otro artículo. Siendo un noble bizantino abandonado en una base remota, se alía con el reino visigodo bajo el reinado de Witiza, rey que murió en 710 creando una guerra civil en la que se disputaban la corona dos pretendientes, Don Rodrigo, señor de la bética y Agila II, que controlaba la costa mediterránea. Aparte estaba el bando witiziano que había sido derrotado por Don Rodrigo. Don Julián apoyaba a estos últimos y ante el avance de los seguidores de Don Rodrigo entró en conversaciones con los musulmanes.

Musa, a pesar de ser un gran guerrero que conquistó todo el Magreb, no fue capaz de batir a Don Julián, que demostró tablas de sobra para hacerse respetar y mantenerse en la plaza de Ceuta.

Don Julián le contó la situación del reino visigodo y le propuso su ayuda para conquistarlo. Musa pidió permiso al califa, que se lo concedió.

No iba a liderar la expedición, para eso se encargaría su subalterno Tariq. Éste creó un ejercito de 15000 hombres casi todos del norte de África recién islamizados. Antes enviaron una expedición al mando de Tarif, que saqueó Algeciras y el sur de Cadiz sin apenas respuesta visigoda. Sirvió para el tanteo antes de la invasión.

En 711 Tariq cruzó el estrecho batiendo al ejercito visigodo el mando del Rey Don Rodrigo en la batalla de Guadalete. Fue tan aplastante la victoria que Tariq en pocos meses se plantó en Toledo, la capital del reino visigodo.

Celoso de su éxito, Musa cruzó el estrecho con otro ejercito, pero éste de soldados árabes mas experimentados. Conquistó las ciudades que Tariq dejó atrás sitiando Mérida. Que fue la única ciudad que hizo frente a la invasión y que solo tomaron mediante un acuerdo que les permitió mantener su iglesia. Tariq y Musa se reunieron en Toledo y juntos conquistaron el resto de la península, llegando a Zaragoza, Lérida Oviedo y Lugo.

Los éxitos de Musa llegaron hasta Damasco, la capital del imperio. Allí, el califa temía que los avances de Musa peligrasen su liderazgo y lo mandó llamar junto a su lugar teniente Tariq.

La escusa sería ya una vieja conocida, Le acusaba de robo, tal como ocurrió hace tiempo en Basora.

Musa estaba planeando ya la conquista del reino franco o tal vez mas a largo plazo la conquista de la misma Constantinopla, que ya no era tan inverosímil. Pero la llamada del califa frenó en seco la expansión musulmana en Europa. Tras su salida de Al-andalus, nuevo nombre asignado a la península ibérica , los musulmanes que lo acompañaron en la conquista guerrearon entre ellos matando a su hijo Abd el-Aziz ibn Musa en Sevilla, la nueva capital. Este conflicto dio aire a los cristianos que pudieron reorganizarse y derrotarlos en 724 en Poitiers por Carlos Martel, el abuelo de CarloMagno.

Cuando Musa y Tariq llegaron a Damasco el califa había muerto. El nuevo califa no confiaba en ellos y les destituyó a ambos. También los despojó de todas su riquezas convirtiéndolos en mendigos hasta que un día cercado a Musa, el general que expandió el Islam hacia Occidente lo asesinan cuando salía de rezar de un mezquita en Damasco.