¡Aquí está el Burgos! ¡Dieciocho batallas ganadas, ninguna perdida!
Creado en 1694 como “Tercio Provincial nuevo de Burgos” en 1704 adquiere la condición de regimiento. En 1792 se instala el tercer batallón en Écija a petición de varios militares astigitanos, entre ellos el Capitán del Regimiento de Infantería de Murcia y de D. Antonio de Torre y Durán. Tres años antes había ingresado como cadete en el regimiento de Murcia a la edad de doce años el futuro libertador de Sudamérica, José de San Martín.
Al Regimiento de Burgos se le apoda “el Sol” desde su instalación en Écija. Es un sol radiante en oro lo que lleva en su escudo de armas. Este regimiento tuvo una gran actividad en una época de grandes cambios en España. En 1793 participa en la invasión del Rosellón donde guerrean contra los franceses hasta la firma de la paz en 1796. Después marchan al Campo de Gibraltar al declararse ese año la guerra contra Inglaterra haciéndoles frente en Gibraltar. En 1805 embarcan en Cádiz y se encuentra con la armada inglesa del almirante Kalder a la altura del cabo de Finisterre. Entablaron un feroz combate, para después volver a Cádiz y participar en la batalla de Trafalgar.
Al año siguiente el Regimiento de Burgos desembarca para unirse al ejército francés del general Junot. Participan en la invasión de Portugal, quedando acuartelado en Palmira.
Con el comienzo de nuestra guerra de independencia el Burgos embarca en Setúbal rumbo a Ayamonte. Se acantonan en Utrera para unirse al ejército de Andalucía. Éste se dirige a la provincia de Jaén para batirse con el Ejército francés del general Dupont. En la victoria de Bailén también participa José de San Martín. Días antes al mando de veinte soldados vence a cincuenta coraceros franceses, matando a diecisiete de ellos. En uno de los lances, el caballo de San Martín es derribado dejándolo atrapado a merced de los franceses que se disponen a matarlo. La intervención de dos de sus soldados de nombre Juan de Dios y Pedro de Martos evitan con su espada la prematura muerte del Libertador.
El Burgos pelea contra los franceses hasta que entra en Madrid con el resto del ejército de Andalucía. Después de varias batallas con desigual suerte se dirigen a Torralba en La Mancha para enfrentarse a cinco batallones franceses que se dirigían a Andalucía. Entraron a medianoche en el pueblo solo veinticuatro jinetes a modo de guerrilla. Una vecina les alertó de la gran presencia de militares franceses. Más de mil doscientos, los jinetes armaron ruido y se fueron campo abierto, los franceses se pusieron en alerta y los siguieron en perfecta formación.
El regimiento de Burgos también esperaba a los franceses desplegando su infantería. La terrible carga francesa deja más de ciento cincuenta muertos. La fusilería descarga su furia en un campo donde se combate cuerpo a cuerpo. La artillería diezma a los franceses que optan por retirarse y el Burgos aprovecha para desplazarse a Sierra Morena. Por este hecho la Junta concede un escudo al Regimiento con el lema “Disciplina y valor venció a la fuerza. Sorpresa de Torralba”. Librarán más batallas más hasta que la paz de 1814 les da un pequeño descanso hasta que reciben un nuevo destino, América.
Embarcados en Cádiz con destino al Perú, el general Morillo los requiere para Venezuela. En Caracas vencen a las fuerzas rebeldes de Mariño que huyen dejando avanzar al Burgos. Embarcan hacia Isla Margarita que está totalmente controlada por los rebeldes. En la isla en la primera escaramuza también hacen retroceder a los rebeldes, que los esperarán en la capital de la isla, Asunción. Allí se entabla una trágica batalla de antiguos compatriotas peleando por banderas distintas. El Burgos se hace digno de su fama venciendo otra vez hasta hacerse con el control de la isla. La fama del regimiento sigue en aumento.
El 2 de mayo de 1818 se enfrentan en la campaña del Apure a un ejército de temible fama, el del general El 2 de mayo de 1818 se enfrentan en la campaña del Apure a un ejército de temible fama, el del general Páez. Este militar será después el primer presidente de Venezuela después de haberla separado de la Gran Colombia. En esta batalla también vence el Burgos ante el asombro del general Páez que huye con los restos de su ejército.
Después de una reorganización del ejército realista, el Burgos embarca en el puerto de El Callao rumbo al reino de Chile. Arriban a la ciudad de Talcahuano siendo el comandante en jefe del ejército realista el general Mariano Osorio. El Burgos forma parte de la II división al mando del Brigadier José Ordoñez. Este ejército contaba con 3 divisiones siendo la I división comandada por el coronel Joaquín Primo de Rivera, tío abuelo del fundador de la falange. Joaquín, aunque nacido en Hispanoamérica y siendo familia de militares españoles al igual que José de San Martín, decidió pelear por la causa realista. Lo rebeldes huyen del desembarco realista dejando incendiada la ciudad de Concepción. Entablan batalla en la ciudad de Talca, en la conocida como batalla de Cancha Rayada. El Ejército Unido de Chile y Argentina doblaba en número al realista, ocho mil contra cuatro mil.
En un alarde de valentía y con el Burgos en vanguardia emprenden una carga contra el campamento republicano. Los toman por sorpresa destrozaron el campamento. La mayoría del ejercito con el general San Martin a la cabeza huye dejando el camino libre para entrar en Santiago de Chile.
Pero el ejército realista se confió y se quedó más de una semana inactivo. Los chilenos tuvieron tiempo a reorganizarse en Santiago para poder plantarles batalla una vez más, esta vez en las afueras de la ciudad, en Maipú.
Esta vez las fuerzas estaban niveladas cinco mil contra cinco mil. Los realistas no dejaron nada en la reserva poniendo a todos sus hombres en primera línea. El ejercito de San Martin en una magistral táctica arrincona y vence a cada uno de los regimientos realistas. La batalla es traumática, las fuerzas españolas empiezan a replegarse hasta quedar arrinconados por todas partes por el enemigo. Empieza la desbandada, muchos intentan escapar para salvar la vida. El Burgos ha perdido a muchos hombres. Entonces enarbolan su bandera, la misma que les llevó a la victoria en tantas ocasiones, Finisterre, Bailen, Torralba, Isla Margarita, Cancha Rayada. Pero esta vez se acerca su fin, un grito desde el regimiento se adivina en medio de la batalla:
¡Aquí está el Burgos! ¡Dieciocho batallas ganadas, ninguna pérdida!
No pierden la formación y otros regimientos españoles que les oyen se unen a ellos en su trágico final. El Burgos prefiere pelear y morir o quedar cautivo a la deshonra de la huida en el campo de batalla. En Maipú cae el victorioso estandarte del Burgos.
El Libertador San Martín dijo acerca de la batalla;
“Con dificultad se ha visto un ataque más bravo, más rápido y más sostenido, y jamás se vio una resistencia más vigorosa, más firme y más tenaz«
Solo sobrevive la tercera parte del regimiento, que junto a otros prisioneros españoles son llevados al desierto de punta de San Luis, en la provincia de Buenos Aires.
En San Luis estaban prisioneros bajo el mando del gobernador Vicente Dupuy, que al poco tiempo los mandó ejecutar. Los acusó de intento de fuga. Durante la matanza los oficiales españoles intentaron luchar sin éxito. De los primeros que cayó fue el brigadier José Ordoñez, el coronel Joaquín Primo de Rivera, viéndose acorralado, se disparó con su pistola. Vicente Depuy en un principio fue condecorado por esta acción, pero después fue juzgado acusado de matar indiscriminadamente. Terminó fugándose y cruzando los andes para unirse a su protector el Libertador San Martin.
La noticia indignó al bando realista que acusó a los patriotas del asesinato de punta de San Luis. En la catedral de Lima llegaron a oficiar un funeral por los caídos en San Luis.
El Regimiento de Burgos desapareció, décadas después volvieron a fundar otro regimiento con el mismo nombre que fue usado para pelear en nuestras guerras civiles.
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