María de Estrada, la mujer en la conquista de México con Hernán Cortés
Cuando de alguna gesta militar siempre nos viene a la cabeza hecho realizados por hombres, pero en algunos casos también participan mujeres. No me refiero al hecho que los acompañan a la batalla para cuidar de ellos. Si no que son guerreras a veces mas valerosas que los hombres, este es el caso de María de Estrada.
Nacida en Sevilla, posiblemente tuvo origen judío, era hermana de Francisco de Estrada, que participó como grumete en uno de los viajes de Cristóbal Colón. No se sabe cuando pasó a América, aunque la fecha mas correcta es 1509.
María de Estrada forma parte de una embarcación que naufraga en la Cuba pre-colonial, así lo cuenta Bernal Diaz Del Castillo;
“mataron que no quedaron más de tres hombres y una mujer que era hermosa, y la llevó un cacique de los que hicieron aquella traición y los tres españoles repartieron entre sí. Y a esta causa se puso aquel nombre puerto de Matanzas. Yo conocí a la mujer, que después de ganada la isla de Cuba se quitó al cacique de poder quien estaba, y la vi casada en la misma isla de Cuba, en una villa que se dice la Trinidad, con un vecino de ella que se decía Pedro Sánchez Farfán.”
El naufragio ocurrió en la actual ciudad de Matanzas (Cuba), que lleva el nombre por este hecho. Estuvo cinco años como esclava de un cacique hasta la conquista española de la isla.
Con su marido se unió a la expedición de Hernán Cortés, de cuyo hijo hablo en este articulo, para conquistar México. Dicen que retó a un duelo a espada a Pánfilo de Narváez y le ganó. Peleó con bravura en la batalla de Otumba y en la conquista final de Tenochtitlán. Aparte de Bernal Diaz del Castillo , otros cronistas como Juan de Torquemada o Diego Muñoz Camargo hablan de ella y de su bravura en el campo de batalla. Este ultimo relata en su “Historia de Tlaxcala” un hecho que ocurrió en la noche triste, cuando Cortes tuvo que huir de noche de Tenochtitlán.;
“En esta tan temeraria noche triste, mataron a un paje de Hernán Cortés delante de sus ojos, llamado Juan de Salazar, donde asimismo se mostró valerosamente una señora llamada María Estrada, haciendo
maravillosos y hazañeros hechos con una espada y una rodela en las manos, peleando valerosamente con tanta furia y ánimo, que excedía al esfuerzo de cualquier varón, por esforzado y animoso que fuera,
que a los propios nuestros ponía espanto, y ansimismo lo hizo la propia el día de la memorable batalla de Otumba a caballo con una lanza en las manos, que era cosa increíble en ánimo varonil, digno por cierto
de eterna fama e inmortal memoria “
Tras la noche triste, Cortés monto su campamento en Tlaxcala.Pidió a las mujeres que se quedaran en el campamento por su propia seguridad. María Estrada le respondió, esto es lo que cuenta el cronista Francisco Cervantes de Salazar:
“No es bien, señor capitán, que mujeres dejen a sus maridos yendo a la guerra; dónde ellos murieron moriremos nosotras y es razón que los indios entiendan que somos tan valientes los españoles que hasta las mujeres saben pelear”
María de Estrada enviudó tras la conquista de México y se volvió a casar con Alonso Martín en la ciudad de Puebla, de la que es una de las fundadoras.
Hernán Cortés premió su valentía otorgándole encomiendas y las ciudades de Hueyapan, Nepupualco y Tetela del Volcán.
Murió sobre los cuarenta años, una vida corta, pero llena de aventuras.
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