El escudo de Navarra tiene su origen en Senegal

Las cadenas del escudo de Navarra tienen una singular historia. Se cree que podría ser la de un carbúnculo,  una figura heráldica que se blasona y representa en forma de ocho bastoncillos dispuestos radialmente y cargados en su centro con un rubí. Con el tiempo evolucionó hasta convertirse en las famosas cadenas de Navarra. La otra teoría, la más famosa y que tiene un origen legendario.  Dice que su origen está en la famosa batalla de  Las Navas de Tolosa (1212) y que tuvo como protagonista al rey navarro Sancho VII el fuerte.

Este rey expandió el pequeño reino de Navarra después de un periodo de acoso por parte del reino de Castilla. Siendo aliado Ricardo Corazón de León, el rey inglés de los tiempos de Robin Hood, atacó el sur de Francia. Conquistó territorios que serían el germen del país vasco francés. Otros territorios como Gascuña, los perdió por perder el apoyo de Inglaterra durante el reinado de Juan Sin Tierra.

Después de forzar una paz con Alfonso VIII de Castilla, se vio obligado por el Papa Celestino II en acudir en su ayuda en la batalla de Alarcos (1195). No llegó a tiempo y el monarca castellano perdió debido a su impulso y una mala planificación. El Imperio Almohade tuvo la oportunidad de volver a invadir de nuevo toda la península Ibérica. Después de la derrota cristiana, ambos reyes junto a Alfonso II de Aragón se comprometen a una paz entre los reinos cristianos. La reunión fue en la conocida como mesa de los tres reyes (1196) y que da nombre a un pico de los pirineos navarros.

Alfonso VIII de Castilla no duda en romper la tregua para atacar otra vez a Navarra. Se anexiona esta vez de forma definitiva las provincias de Álava y Guipúzcoa. Las  desgaja para siempre del reino de Navarra, tras pedir una tregua llegó la paz ansiada a Navarra. Más al sur, los musulmanes crecidos por su victoria en Alarcos busca expandirse a costa de sus vecinos cristianos del norte. Más de 100 años antes, en 1086 Al-andalus está partida en reinos de taifas, lo que facilita la fácil conquista por las tropas cristianas,. Los musulmanes andalusíes piden ayuda a sus hermanos del norte de África. Los almorávides han creado un gran reino unificado y se rigen por un estricto estilo de vida islámico.

Tras llegar a la península ibérica y derrotar  a los cristianos, deciden quedarse y añadir Al-andalus a su imperio. Acusan  a los reinos de taifas de relajarse en sus creencias musulmanas. Con el tiempo ellos mismos se relajarán dando la oportunidad a otro pueblo fundamentalista, los almohades, a invadirlos (1145). Los almohades establecen su capital en Al-andalus en Sevilla. De esta época es la Torre del Oro y la giralda, que se construye en 1184 como torre hermana de la Mamunia de Marraquech. En 1198, tres años después de la victoria almohade de Alarcos, es coronada la giralda con el yamur, las tres bolas de oro que corona la mezquita.

Debido al poder árabe de los almohades, el papa Inocencio III decreta una cruzada en la península Ibérica. Atrajo a muchos caballeros de Europa a combatir al Islam. Los reinos cristianos con Alfonso VIII de Castilla a la cabeza plantan batalla en Sierra Morena en las Navas de Tolosa. Hasta este lugar llegan tropas de Castilla, Aragón y Navarra, con sus reyes al frente. También hay tropas leonesas y portuguesas pero sus reyes declinan intervenir.

Del lado musulmán está el poderoso ejército almohade con su califa Muhammad An-Násir a la cabeza. Tenía el título de Amir al-Mu’ minim, príncipe de los creyentes, y al que los cristianos conocían por deformación de su nombre como Miramamolín. Detrás de su espléndido ejército se podía admirar la gran tienda roja del califa, rodeada de su guardia personal, la temida guardia negra o Imesebelen, guerreros negros del Senegal.

La vestimenta de estos guerreros era solo un taparrabo negro, teniendo el resto de su cuerpo al descubierto, utilizaban como única arma una gran lanza. La leyenda cuenta que se ataban unas cadenas a las rodillas y las anclaban al suelo. Con ello quería demostrar que no se retiraban y que ganaban o morían. Posiblemente las cadenas rodeaban la tienda del califa dejando a la Guardia Negra libertad de movimiento. Era una tropa de élite, temidos incluso por el resto de su propio ejército. El califa vestía de color verde y con un Corán en las manos.

La batalla se decantaba por el lado almohade intentado envolver al ejército cristiano como hicieron años antes en Alarcos. Pero una rápida intervención de la caballería cristiana hizo retroceder a los musulmanes. Sancho VII de Navarra a la cabeza del ejercito navarro flanqueado por un lado por Alfonso VIII de Castilla y por el otro por Alfonso II de Aragón con sus respectivos ejércitos se adentraron hasta romper en dos al ejercito almohade, y aquí comienza la leyenda de las cadenas.

Cuentan que Sancho VII llegó hasta la misma tienda del califa que tuvo que salir huyendo. Saltó las cadenas y terminó con la guardia negra, rompiendo todas las cadenas y llevándoselas como trofeo hasta Navarra. También se llevó el rubí que decoraba el Corán del califa y es el mismo que incorporó en el centro del escudo de Navarra.

Después de la batalla, los musulmanes quedaron en retirada poco a poco hasta que en 1492 cae el reino de Granada. El Califa an-Nasir es asesinado en su palacio de Marraquech al año siguiente. Sancho VII volvió como un héroe a Navarra consolidando su pequeño reino y entrando en la historia como un gran rey.